Romance Entre la Luna y el Sol

Hace mucho tiempo cuando Dios creó la noche y el día, nació el romance más largo de la historia. El romance que daría comienzo a todos los romances del mundo.

En el día, vivía el Sol. El, daba luz y calor a la tierra. Hacía que las plantas crecieran; y observaba la creación de Dios desde el universo. El Sol, se sentía solitario porque no tenía con quien compartir un cielo tan inmenso.

En la noche, vivía la Luna. Ella alumbraba la noche y con su tenue luz la refrescaba. Ella era la encargada de vigilar los sueños de los habitantes de la creación de Dios. La Luna se sentía solitaria porque se sentía perdida en una oscuridad infinita.

Dios, que lo sabe todo, sabía el dolor que tenían en el alma el Sol y la Luna y decidió mostrarles que no estaban solos; que a pesar de que no lo habían notado, se encontraban en el mismo firmamento haciéndose compañía. El decidió que haría que la luna se encontrara con el sol para que ambos se dieran cuenta de que no estaban solos.

Un día, la Luna iba por la oscuridad cuando de repente comenzó a sentir un aire cálido y comenzó a ver una luz más intensa que la de ella y se encontró de frente al Sol.

El Sol, sorprendido por el aire de tranquilidad que le había colocado de frente a tanta belleza le preuntó a la Luna, -¿De dónde ha salido tanta belleza que no era esperada?-

La Luna, también sorprendida, le contstó; -Yo estaba vigilando el sueño de los habitantes de la tierra mientras caminaba por mi oscuridad cuando tu luz me dio calidez y me encontré contigo aquí; eso es todo lo que sé.-

La Luna y el Sol conversaron y ocmpartieron, se dieron cuenta de que ellos vivían en el mismo cielo y de que no estaban solos; que todo el tiempo ellos se habían hecho compañía sin saberlo. Ambos quedaron impresionados con la belleza del otro y en un instante conocieron el amor.

Esa noche Dios les permitió que caminaran juntos por el firmamento. Los habitantes de la tierra presenciaron el romance que habí entre la Luna y el Sol y lo llamaron Eclipse cuando aleguas era hacer el amor.

Llegó el momento de seguir sus caminos separados, pero la Luna y el Sol ya no estaban tristes porque sabían que a pesar de que iban en direcciones opuestas, al final del camino se encontrarían de nuevo y ahora sabían que no estaban solos.

Llegó un nuevo día y el Sol brilló más que nunca. Notó que en el cielo había quedado alrededor de él el aroma del perfume de la Luna, formando las nubes que lo acompañarian por siempre.

Llegó una nueva noche y la Luna brilló más hermosa que nunca. Notó que en la oscuridad brillaban unos pequeños destellos, era el rastro que el paso del Sol había dejado. Ese rastro formó las estrellas que acompañarían a la Luna eternamente.

Así fue como nacieron los Eclipses, las Nubes, las Estrellas... y los Romances.

*Escrito en Dic. 29, 1998
**La imagen fue obtenida en http://www.webpak.net/~mikemike/breedart/020-Elysium